Enfrentar al anarquista

Desde el desplome del comunismo en 1989, el mundo vivió un periodo de gran expansión de las ideas liberales que son la democracia en lo político, el libre mercado en lo económico y el multiculturalismo en lo cultural.

Recordemos que las bases de esta ideología se encuentran en la libertad y en la tolerancia. Es famosa la frase de Voltaire: “No comparto tus ideas, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlas”.

Al Paraguay estas ideas llegaron con la caída del régimen de Stroessner, pero se consagraron con la Constitución de 1992, que en su artículo primero define que nuestro país se constituye en Estado social de derecho y adopta para su gobierno la democracia representativa, participativa y pluralista.

Esta introducción me parecía necesaria para comprender el peligro que significa esta contraola de autoritarismo e intolerancia que se está expandiendo por el mundo y que parece estar llegando al Paraguay de la mano del movimiento anarquista liderado por Payo Cubas.

Hoy vemos en varios países el creciente enfrentamiento entre autoritarios e intolerantes, como los fundamentalistas islámicos, los supremacistas blancos, los defensores de la ideología de género y los religiosos conservadores.

Las elecciones del domingo pasado, donde inesperadamente Payo Cubas obtuvo el 22,91% de los votos, pueden ser el inicio en nuestro país de un verdadero incendio político.

El movimiento político de Payo ideológicamente se encuentra dentro del anarquismo, que es una filosofía política utópica que considera que la causa de todas las injusticias y los abusos es la presencia del Estado, al que se le otorga el monopolio de la fuerza y que usa dicho poder en beneficio de una pequeña clase dominante.

Estas ideas pueden prender muy fácilmente en nuestro país porque efectivamente tenemos un Estado que brinda pésimos servicios de salud, de educación, de seguridad y de transporte a la gran mayoría de la población y solamente beneficia a una troika que nos gobierna: los políticos, los funcionarios públicos y las empresas proveedoras del Estado.

Para contener este avance del anarquismo, es imprescindible realizar una auténtica reforma del Estado, que permita mejorar radicalmente los servicios públicos y reducir drásticamente la corrupción.

Al mismo tiempo tenemos que reformar nuestro sistema judicial, de manera que en nuestro país tengamos un verdadero estado de derecho, donde las leyes sean respetadas y los que la violan sean sancionados.

Los llamados a la violencia, al desorden y al caos deben ser castigados, como está establecido legalmente, pero para que el Estado tenga autoridad también debe castigar, sin excepciones, a todos los que violan las leyes.

Por último, la sociedad en su conjunto no debe tolerar a los intolerantes. Este tema fue desarrollado por el filósofo austriaco Karl Popper en su libro La sociedad libre y sus enemigos, en lo que se llama la paradoja de Popper.

La paradoja consiste en que la base de una sociedad libre es la tolerancia. Pero ¿hasta dónde debe llegar dicha tolerancia? ¿Debe tolerarse a los intolerantes que quieren destruir la libertad? La respuesta de Popper es, NO.

Los medios de comunicación también deben asumir su responsabilidad de no difundir estos mensajes violentos, aunque ellos tengan ráting, así como nosotros, los ciudadanos, también debemos dejar de compartir en las redes sociales estas noticias.

La gran responsabilidad la tiene el Partido Colorado, que por razones electorales ha atizado esa llama anarquista que representa el movimiento de Payo Cubas, pero que hoy en función de gobierno debe evitar que el mismo se convierta en un gran incendio, llevando adelante las reformas que el país necesita.

Nuestra democracia está en peligro y todos los que queremos un país con libertad y tolerancia tenemos que asumir nuestras responsabilidades.

Si no lo hacemos, días oscuros le esperan a nuestra patria.

Artículos relacionados

Respuestas

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *