Espiral del silencio e irracionalidad política

La decisión de la Cámara de Diputados de derogar una donación de la Unión Europea ha sido el punto culminante de un proceso impulsado por sectores que quieren abortar el Plan Nacional de Transformación Educativa.

Independientemente de que dicho plan sea bueno o no, lo que me preocupa mucho más es nuestra incapacidad como sociedad para debatir temas complejos, que requieren la opinión de expertos y mucha serenidad para tomar la mejor decisión.

Cada vez más observo en nuestro país cómo, ante este tipo de temas, aparecen personas que, por razones ideológicas o políticas, adoptan posiciones radicales y dividen a la sociedad entre los buenos y los malos.

Los buenos son ellos y los malos son los que piensan diferente y que muchas veces prefieren guardar silencio antes que enfrentar la agresión y los ataques de una minoría vociferante. A eso se le llama “la espiral del silencio “.

La espiral del silencio es una teoría desarrollada por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en la que afirma que como todos los seres humanos buscamos ser aceptados por los miembros del grupo social al que pertenecemos, estamos permanentemente auscultando cuál es la opinión dominante, y si tenemos una opinión contraria a ella, generalmente preferimos callarnos.

El problema es que esa opinión dominante algunas veces es construida por personas fanáticas o violentas, que tienen una gran presencia en los medios de comunicación y que instalan “su verdad” como la única válida y que satanizan al que piensa diferente.

A partir de ahí, muchas personas temerosas de ser agredidas, descalificadas o marginadas prefieren guardar silencio, dejando todo el espacio público a los más vociferantes.

Ejemplos de esta situación existen a montones tanto en la esfera pública como en la privada, así como en la actividad política, empresarial y social. Pero en este breve artículo voy a referirme solamente a dos.

Uno es la compleja negociación del Anexo C de Itaipú, donde el Paraguay tiene que actuar con muchísima inteligencia para poder obtener del Brasil mayores beneficios de los que tiene actualmente.

En este tema, un pequeño grupo de personas de diferentes sectores han asumido una postura radical, imbuidos de una ideología de extrema izquierda o de un oportunismo político, acusan de entreguista o de vende-patria a todo el que piensa diferente.

Ante esta situación, muchísima gente brillante, como prestigiosos diplomáticos, juristas, ingenieros y economistas, ha decidido quedarse callada para no ser agredida.

Como resultado de esta irracionalidad, el Gobierno se ha paralizado, no animándose a avanzar en la negociación porque sabe que ante cualquier concesión que haga dentro de la normalidad de un proceso de búsqueda de acuerdo, será acusado de traición a la patria.

El otro tema es el de la Transformación Educativa, un plan participativo para cambiar la pésima calidad de la educación pública que hoy tenemos.

En este proceso se han escuchado diversas opiniones, pero la que ha tomado mayor preponderancia ha sido la opinión de grupos religiosos de extrema derecha, apoyados por sectores políticos oportunistas, y ambos han polarizado la discusión.

Muchas personas expertas en educación observan con asombro lo que está pasando, pero ante la virulencia de los ataques a los que piensan diferente han optado por callarse… la espiral del silencio. El resultado será continuar con una educación pública de pésima calidad.

Este es un momento en que debemos recordar las palabras de Martin Luther King: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.

Para cambiar el Paraguay es necesario romper la espiral del silencio en la que está inmersa mucha gente buena que tiene mucho que aportar.

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