Grado de inversión: Muchas ideas, pocos proyectos.

La semana pasada fui invitado por el Club de Ejecutivos a participar de un interesante panel para reflexionar sobre el Grado de Inversión obtenido por nuestro país y su implicancia para el empresariado nacional.
La conclusión en dicho panel fue que la calificación que otorgó Moody’s al Paraguay es un logro importante y merece ser celebrado, pero también quedó claro que es un primer paso de un largo camino que aún debemos transitar.

En el mundo existen tres grandes empresas calificadoras de riesgos –Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s– y que para que los mercados internacionales acepten una calificación determinada es necesario que por lo menos dos de ellas lo confirmen.

Recordemos que en el año 2015 también Moody’s mejoró nuestra calificación, pero Fitch lo hizo solo tres años después y Standard & Poor’s nueve años después. Evidentemente, cada agencia calificadora es independiente y tiene ponderaciones diferentes a los numerosos aspectos de una evaluación de riesgo.
Algunos expertos afirman que para que las otras calificadoras nos aumenten la nota tenemos que seguir avanzando en las reformas pendientes y mejorar radicalmente nuestro Poder Judicial.
En cuanto al sector privado, durante el panel les recordamos a los empresarios que el mercado internacional de capitales es un mercado donde solamente pueden participar empresas de gran tamaño o proyectos de inversión de gran envergadura.

Cuando en el año 2013 el entonces ministro de Hacienda, Manuel Ferreira organizó la primera emisión de bonos en el mercado internacional, su intención inicial fue hacer una pequeña emisión, pero los asesores le subrayaron que el monto mínimo para entrar en este mercado era de 200 a 300 millones de dólares.

Por otro lado, para canalizar inversiones hacia nuestro país no es suficiente tener una macroeconomía ordenada ni ideas de los empresarios locales… hace falta tener proyectos concretos, que sean viable técnica, económica y financieramente.

En el año 2018 el entonces presidente argentino Mauricio Macri, que tenía excelentes relaciones personales con los líderes de los inmensamente ricos países árabes, hizo una gira por dichos países en la búsqueda de dólares para una Argentina necesitada. La respuesta de los árabes fue que ellos no dan dinero, sino invierten en proyectos concretos.

Aquí llegamos a otro punto flaco de nuestro país, que es la escasez de proyectos de inversión concretos. Convertir una idea en un proyecto requiere de importantes erogaciones, en la contratación de consultores y en los diversos estudios técnicos y de mercado. Aquí el rol de la AFD será fundamental.

El grado de inversión que nos otorgó Moody’s es un logro en gran parte de nuestra ordenada macroeconomía de muchas décadas y de muchos gobiernos y en parte de las reformas institucionales-económicas de este gobierno, como la unificación de Tributación con Aduanas, la creación del Ministerio de Economía y Finanzas y la Superintendencia de Pensiones.

Lo conseguido es un logro importante y debemos celebrar, pero si queremos el desarrollo de nuestro país y sobre todo una vida digna para nuestra gente, tenemos aún muchos deberes que debemos realizar.

En lo institucional, es imprescindible la reforma de los sistemas de pensiones y de salud que de alguna manera están en la agenda del gobierno actual, pero sobre todo es vital un cambio profundo en nuestro sistema judicial, que no está en la agenda de nadie.

En lo económico, si queremos atraer inversiones a nuestro país, reiteramos que es imprescindible el tener proyectos concretos y viables, para lo cual el rol de la Agencia Financiera de Desarrollo es fundamental.

Porque, para que el sector privado pueda aprovechar la calificación de Grado de Inversión, no basta tener ideas, hay que tener proyectos.

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