Bidenomics

Empezó el gobierno de Joe Biden y del Partido Demócrata en EEUU, la economía más grande del mundo en la actualidad. Como tal, la política económica y el desempeño de su economía así como los cambios que estos experimentan, tienen impactos ampliados en el resto del mundo y en nuestro país, por lo cual, es importante ponerlos en perspectiva.

El contexto y la coyuntura restringen las opciones disponibles. La sociedad y la economía norteamericanas fueron fuertemente golpeadas por la pandemia, con más de 26 millones de contagiados y 435.000 muertos, según los últimos datos. La economía cayó un 33% en el segundo trimestre del 2020, luego experimentó un rebote en el tercer trimestre y según las recientes proyecciones del FMI cerró el 2020 con una caída del 3,4%. Además, el FMI proyecta un crecimiento del 5,1% para el 2021. Por otro lado, la tasa de desempleo cerró en diciembre en un 6,7%, según las proyecciones de la Reserva Federal, superior a los niveles de pleno empleo.

Todo esto, en medio de sucesivas cuarentenas totales o parciales en distintas ciudades de EEUU durante todo el año 2020 buscando contener el coronavirus y, en paralelo, con fuertes medidas de inyección fiscal que según estimaciones del FMI dispararon el déficit al 17,5% y la deuda pública al 128,7% del PIB, respectivamente, niveles no observados desde la Segunda Guerra Mundial. Además, la Reserva Federal incrementó sus activos de USD 3,2 a USD 7,3 trillones por las distintas medidas de inyección de liquidez implementadas para evitar una crisis financiera e impulsar la recuperación de la economía. En este punto, la Reserva Federal ha dicho que mantendrán los estímulos monetarios y las tasas de interés cercanas a 0% hasta que la economía esté totalmente recuperada, tolerando incluso periodos de inflación superiores a la meta del 2% anual.

El presidente Biden ha nombrado a Yanet Yellen como secretaria del Tesoro, una respetada economista, ex presidenta de la Reserva Federal. Además, definió como prioridad inmediata un plan para vacunar a 100 millones de personas en sus primeros 100 días de gobierno para controlar la pandemia lo antes posible y así asegurar una recuperación económica definitiva. Paralelamente, ha propuesto al Congreso un nuevo programa de emergencia por USD 1,9 trillones, incluyendo transferencias directas a las familias, ampliación del seguro de desempleo, recursos para la vacunación, ayuda para las pymes y apoyo financiero para los gobiernos estatales y locales.

Con este programa adicional de emergencia, el déficit fiscal rondaría nuevamente el 15% del PIB en el 2021 y aunque los costos de la deuda aún son bajos, serán necesarias medidas de contención en los próximos años para mantener la confianza en los bonos del Tesoro. En este sentido, para incrementar los ingresos fiscales ha anunciado que revertirá la reducción de impuestos a las empresas y personas de altos ingresos que había implementado el gobierno de Trump a inicios de su gobierno.

Para los próximos años, el plan económico incorpora más impulso fiscal para sostener el dinamismo de la economía, crear empleos y reducir la desigualdad, como el programa de compras públicas preferenciales de productos y servicios americanos; el incremento del salario mínimo federal a USD 15 la hora; y un ambicioso programa de inversión en infraestructura y en el desarrollo de energías limpias. En política comercial, la estrategia sería acordar un esfuerzo coordinado con la Unión Europea y otros aliados en las negociaciones aún pendientes con China Continental.

Así, las condiciones iniciales de la economía, las finanzas públicas y las tasas de interés marcarán la política económica del gobierno de Biden. Una vez que la economía recupere los niveles previos a la pandemia, así como su ritmo de crecimiento potencial, será necesario iniciar un periodo de reducción del déficit fiscal y de normalización de las tasas de interés de la política monetaria y habrá poco espacio para aumentar las inversiones públicas. Por otro lado, una política comercial más coordinada y con enfoque más multilateral, generará menos incertidumbre en la economía mundial en los próximos años.

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