Contexto internacional complejo
Edicion La economía mundial sigue con una elevada incertidumbre originada en los conflictos geopolíticos y en los agresivos ajustes monetarios implementados por la Reserva Federal (FED) de EEUU y por el Banco Central Europeo (BCE) para reducir las elevadas tasas de inflación en sus países. Estos factores seguirán impactando en el comercio internacional y en los mercados de commodities y de capitales a corto y mediano plazos.
En términos geopolíticos, la guerra entre Rusia y Ucrania presenta señales de que será prolongada. Las sanciones económicas aplicadas a Rusia están en plena vigencia, pero su impacto en los mercados de commodities ha sido mitigado por una reorientación de los flujos comerciales de Rusia hacia China e India y por importantes ajustes en el mercado energético de la Unión Europea. Los precios del petróleo y otros commodities han retornado en gran parte a los vigentes previo a la invasión de Rusia a Ucrania.
Por otro lado, el enfrentamiento entre China y EEUU sigue escalando y, además del frente comercial y tecnológico, se agrega el futuro de Taiwán, donde se resumen diferencias de visión, valores y principios sobre la organización de la sociedad, entre el modelo autoritario con capitalismo de Estado de China Continental y el democrático liberal de capitalismo meritocrático de Occidente, reflejado en Taiwán. Es conocida la intención de China de tomar control de la isla, por considerarlo parte de su territorio, pero no es claro qué acciones está dispuesta a realizar para concretarla. Tampoco está claro hasta dónde llega el compromiso de EEUU para defender a Taiwán en caso que China avance en sus intenciones y, si bien no se puede descartar la posibilidad de un enfrentamiento militar, sí podemos dar por descontado un bloqueo económico con sus implicancias para la economía mundial, dados el tamaño y la integración de China al comercio mundial. A diferencia de otros países de la región, la situación de Paraguay es especial porque somos el único país que mantiene sus relaciones diplomáticas con Taiwán en vez de hacerlo con China Continental y nuestras decisiones a este respecto no pueden dejar de considerar la realidad en el ajedrez de la geopolítica internacional, donde apenas somos un pequeño peón y debemos tener claro de qué lado estamos jugando. De cualquier manera, el impacto más inmediato de esta disputa entre ambas potencias es un creciente proteccionismo global, una reorganización de las cadenas industriales y un enfoque regional y bilateral en las relaciones económicas entre los países. Las negociaciones están en marcha y debemos movernos rápido si queremos formar parte de ellas.
Por otro lado, los ajustes en las tasas de interés de la FED hasta ahora no han tenido impacto sustancial en la demanda agregada de la economía americana, que tiene un mercado laboral cada vez más ajustado y Jerome Powell, presidente de la FED, ha dado indicios de que seguirán aumentando las tasas hasta el nivel y por el tiempo necesarios para reequilibrar la economía y eliminar las presiones inflacionarias, incluso a costa de una recesión. La tasa de la FED está en 4,75% y aumentaría a 5,25% en la próxima reunión del Comité de Política y la expectativa es que llegue incluso al 6% en junio. Con ella se ajustan todas las tasas en dólares, que a nuestro país llegan sumadas con un premio por riesgo para los depósitos y préstamos en dicha moneda. Las tasas a largo plazo, implícitas en el precio de los bonos del Tesoro americano a 10 años, permanecen cercano al 4% anual, el cual es la referencia para los bonos soberanos de nuestro país cuya tasa de retorno, con un premio por riesgo de casi 2%, está en 5,9% anual, un costo de endeudamiento para el Estado Paraguayo muy superior al de los últimos años.
Por lo tanto, el mundo está cada vez más complejo, incierto y volátil. Como país pequeño, debemos mantener una sólida política macroeconómica, entender lo mejor posible el juego y ser muy activos para insertarnos a nivel regional e internacional, con acuerdos comerciales y de inversiones en función a nuestras prioridades en términos de desarrollo económico para mejorar el bienestar de nuestra gente. Los candidatos presidenciales debieran considerar en sus planes de gobierno esta realidad que enfrentarán.
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