Análisis de la situación política del Paraguay
La periodista y analista política Estela Reguilla y el doctor en ciencia política José Tomás Sánchez evaluaron el primer año de gobierno de Santiago Peña. El debate giró en torno a las expectativas iniciales, la configuración del poder dentro del Partido Colorado, las dificultades del Ejecutivo para consolidar su liderazgo y los retos institucionales derivados de un Congreso hiperpartidizado.
Expectativas de un gobierno técnico y las tensiones políticas internas
El análisis comenzó con una revisión de las altas expectativas que generó la candidatura de Santiago Peña, impulsadas por su perfil técnico y la percepción de continuidad con la primera etapa del gobierno de Horacio Cartes. Se esperaba un liderazgo enfocado en políticas públicas modernas (policy), pero la realidad ha mostrado un predominio de maniobras políticas (politics) marcadas por la influencia del Partido Colorado y, particularmente, del movimiento Honor Colorado. Los expositores coincidieron en que el Ejecutivo enfrenta tensiones internas debido a un modelo de gobierno que combina el liderazgo de Peña con la figura de Cartes, generando una administración percibida como bicéfala. Esta situación ha limitado la autonomía presidencial y ha planteado interrogantes sobre su capacidad para implementar una agenda técnica en un entorno donde priman las negociaciones partidarias.
Mayorías parlamentarias, fragmentación de intereses y gobernabilidad compleja
La mayoría parlamentaria del Partido Colorado, lejos de facilitar la implementación de políticas públicas, ha introducido desafíos para la gobernabilidad. Sánchez explicó cómo el sistema de voto preferente ha fomentado agendas individuales entre los legisladores, quienes priorizan sus objetivos personales por encima de las estrategias colectivas del Ejecutivo. Esta fragmentación ha dificultado la construcción de consensos, incluso dentro del propio partido oficialista, afectando la aprobación e implementación de reformas estructurales.
Entre las crisis más relevantes generadas desde el Congreso se destacaron la expulsión de la senadora Katia González y la aprobación de la ley contra organizaciones de la sociedad civil. En ambos casos, el Ejecutivo expresó reservas, pero careció de la fuerza política para imponer su posición. Esta dinámica refleja la dificultad del presidente para ejercer liderazgo sobre su propia bancada, lo que ha derivado en concesiones para asegurar la aprobación de proyectos gubernamentales, como el presupuesto general de la nación.
Un gabinete más político que técnico y la resistencia a reformas estructurales
Al analizar la composición del gabinete, los expositores destacaron un giro hacia perfiles políticos en detrimento de técnicos, a diferencia del primer gobierno de Cartes. Esta elección refleja la necesidad del presidente de consolidar el apoyo partidario, priorizando figuras vinculadas al movimiento Colorado sobre especialistas en áreas estratégicas. Sin embargo, esta estructura ha dificultado el avance de reformas clave, como la modernización del servicio civil y la reorganización de instituciones financieras y tributarias.
A pesar de contar con mayoría parlamentaria, la falta de cohesión interna ha ralentizado los procesos de reforma. Proyectos como la superintendencia de bancos y la integración de aduanas y tributación fueron aprobados, pero no se han implementado debido a trabas administrativas y políticas. Este contexto ha evidenciado las tensiones entre la visión técnica del presidente y las presiones políticas del partido, afectando la ejecución de políticas públicas.
Concentración de poder en el Congreso y riesgos para la institucionalidad democrática
El conversatorio resaltó la concentración de poder en el Congreso como un factor que podría comprometer la estabilidad institucional y la calidad democrática en Paraguay. La hegemonía parlamentaria del Partido Colorado y la fragmentación de intereses entre sus miembros han generado un escenario donde las decisiones legislativas están marcadas por negociaciones individuales, debilitando el papel del Ejecutivo como conductor de las políticas públicas.
Sánchez advirtió que el debilitamiento de los mecanismos de control institucional podría aumentar las tensiones entre poderes y erosionar la democracia. Además, se destacó la vulnerabilidad de las organizaciones de la sociedad civil, que han sido objeto de restricciones legislativas, limitando su capacidad para actuar como contrapeso al poder político.
Perspectivas futuras: Posibles fracturas internas y respuesta de la ciudadanía
Con la mirada puesta en las elecciones municipales, los analistas coincidieron en que es probable que el Partido Colorado experimente fracturas internas, impulsadas por disputas por candidaturas y espacios de poder. Esta dinámica podría generar nuevas configuraciones políticas, aunque la debilidad de la oposición limita la posibilidad de generar un contrapeso efectivo.
En cuanto a la ciudadanía, se advirtió que las señales de insatisfacción podrían intensificarse en el futuro, especialmente ante decisiones impopulares como el aumento salarial de los legisladores. Los expositores señalaron que, aunque no es posible predecir qué evento podría detonar una reacción social significativa, el descontento acumulado representa un desafío latente para la estabilidad política.
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