Desafíos políticos, económicos y sociales del nuevo Gobierno

El nuevo presidente de la República, Santiago Peña, quien asumió este martes el timón del Poder Ejecutivo, tendrá el gran desafío de gobernar en medio de tres grandes núcleos de poder: el Partido Colorado, el cartismo y la estructura estatal, buscando que no compliquen su gestión, principalmente dentro del entorno interno de la Asociación Nacional Republicana (ANR), donde existe sectores disconformes que a medida que pasa el tiempo empezarán a manifestar oposición. Por tanto, es importante arrancar la gestión gubernamental generando espacios de diálogo social para avanzar en la agenda de reformas, las cuales son urgentes y necesarias, coincidieron en señalar el politólogo José Tomás Sánchez y Hugo Cáceres, director de Horizonte Positivo y exministro de la Secretaría de Gestión de la Presidencia de la República, durante el debate en Plaza Pública de Desarrollo en Democracia (DENDE).

Para lograr los empleos que plantea el nuevo Gobierno e impulsar el desarrollo del país, sin comprometer mucho el nivel de endeudamiento y el déficit fiscal, los analistas propusieron abrir las obras públicas al capital privado, sumado a la educación orientada al trabajo (formación dual), potenciando los colegios técnicos. Tanto Cáceres como Sánchez señalaron la necesidad de que prime el diálogo, ya que cuando el Gobierno y los líderes de la sociedad se desconectan de la mayoría, se comienza a perder el mapa de lo que el país realmente necesita.

Hugo Cáceres señaló que la prueba más fuerte que tendrá el nuevo presidente Peña al inicio de su mandato será el estudio del Presupuesto General de la Nación para el ejercicio fiscal 2024 y la agenda de reformas, principalmente del Servicio Civil y de ordenamiento y fusión de instituciones públicas. A ello sumó que se debe avanzar en la desburocratización, a través de la innovación y la tecnología. “Son temas clave, vamos a ver cómo esa mayoría parlamentaria acompaña”, expresó.

Uno de los desafíos importantes que tendrá el Equipo Económico será mantener la estabilidad macroeconómica y la convergencia del déficit fiscal, y al mismo tiempo seguir invirtiendo en infraestructura productiva y en infraestructura social, con el programa de viviendas sociales, claves para la generación de 500.000 empleos prometidos durante la campaña presidencial, remarcó el titular de Horizonte Positivo y ex ministro de la Unidad de Gestión de la Presidencia.

Actualmente hay 260.000 jóvenes que ni estudian, ni trabajan, a lo cual se suma que el bono demográfico se va acortando.  Cáceres plantea apostar por la educación para el trabajo y puso de ejemplo a los colegios técnicos. A su criterio, esto debe ser vinculado con el mercado de trabajo y así se logrará la transformación en la educación más rápida que se pueda hacer.

Capital privado para las obras públicas

En materia de obras públicas, Cáceres considera que no solamente se debe abrir al capital privado la construcción de rutas, sino también de agua y alcantarillado sanitario, donde solo en Asunción la inversión necesaria ronda los USD 4.000 millones, y en agua y saneamiento en el país alrededor de USD 8.000 millones. A ello sumó el plan de ANDE al 2040 y las Asociaciones Público Privado (APP).

“El golazo para mí sería llegar a grado de inversión, pero también a transformar el modelo económico. Migrar nuestro modelo económico, sin dejar de desconocer la enorme importancia del sector productivo, pero más hacia una economía de conocimiento, más a una política industrial, al área de servicios, es clave para nosotros, para nuestros jóvenes, para todos. Esos son cambios estructurales y eso lleva mucho más tiempo”, aseveró Cáceres.

Otra tarea clave para el gobierno de Peña es focalizar la capacitación y el apoyo crediticio, así como la formalización de las Pymes y Mipymes.

Si bien hubo mejoras en infraestructura en el área salud, la pandemia desnudó las falencias en el área. Los gastos de bolsillo en materia de salud siguen siendo elevados en nuestro país. “Los datos refieren que 7 de cada 10 paraguayos no cuentan con un seguro médico, por lo cual la integración de los servicios de salud también es un tema primordial”, remarcó.

Otro punto está relacionado con Protección Social, ya que actualmente ni siquiera 3 de cada 10 paraguayos tienen un plan de jubilación. Cáceres apuntó que esto se conecta con el riesgo por el lado de la Caja Fiscal e IPS, y la necesidad no solo de tener una administración como la Superintendencia de Pensiones, sino de hablar, brindar información y tener acercamiento con la población, y por supuesto el diálogo político en el Congreso.

“Y ahí voy al tema que para mí es de lo más importante, el diálogo social. Tenemos varios temas sobre la mesa que mejorar, la gestión, como dice Santiago Peña, bajar el precio de combustible, mejorar la seguridad, el transporte, bajar el costo de la canasta familiar. Pero hay temas que no se resuelven por mejor voluntad que uno tenga y necesitamos hablar. Y hablar significa: el Gobierno, el Congreso, la sociedad civil, la academia y que el diálogo nos lleve a la acción”, planteó.

Asimismo, Cáceres destacó el tema de Primera Infancia, porque es una de las áreas más vulnerables que tenemos como país, donde los indicadores siguen mostrando que estamos muy atrás.

El Partido Colorado, uno de los principales desafíos

En el aspecto político, José Tomás Sánchez, recordó que mientras en toda América Latina, las elecciones realizadas entre 2018 y este año, los partidos oficialistas fueron derrotados, acá en Paraguay no sucedió esto, pero la alternancia se hizo de manera interna, donde los oficialismos de la ANR fueron derrotados tanto en 2017 como en 2022. Esta alternancia interna le confiere al Partido Colorado la capacidad de persistir en el poder.

Si bien el Partido Colorado conquistó más espacios electivos durante las últimas elecciones presidenciales realizadas en abril de este año, Sánchez sostuvo que la Asociación Nacional Republicana (ANR) no es un partido personalista ni caudillista, sino un partido que se revela electoralmente contra quien maneja el Poder Ejecutivo, por lo que el mayor desafío para el presidente Peña será el propio Partido Colorado.

Otro factor a tener en cuenta es que si bien disminuyó el caudal de votos respecto a Horacio Cartes en el 2013 (45%) y a Mario Abdo en el 2018 (46%), Santiago Peña llega con un 4 % de los votos al poder. A esto se agrega que otro diferencial del Partido Colorado es que, aunque no existe un caudillo que articule la oposición al cartismo, una de sus dinámicas es que no es controlado de manera vertical.

“El Partido Colorado funciona como unas placas tectónicas y el Poder Ejecutivo está sobre esas placas tectónicas. El Partido Colorado funciona dividido, ninguna fuerza puede gobernarlo de manera disciplinada desde arriba”, apuntó.

Anticipó que una parte del Partido Colorado no fue incorporada dentro de este Gobierno y va a generar una resistencia, que se acentuará a medida que se acerquen las elecciones municipales.


Marcada diferencia entre el Gabinete de Cartes y el de Peña

Manifestó que a diferencia del cartismo 1.0, donde durante el gobierno de Cartes y su movimiento del 2013 se tuvo un Gabinete con mucha autonomía y donde varias seccionales coloradas izaron banderas de luto porque se designó a liberales y a personas sin trayectoria político-partidaria como ministros, hoy el Partido Colorado levanta una bandera de alegría porque es un gabinete negociado y articulado con parte del Partido.

Otro componente con el que tendrá que lidiar Santiago Peña será el Poder Legislativo, donde vaticinó que el desbloqueo de listas estimulará la fractura dentro del Congreso.

Para el politólogo, cuando la clase media precaria no ve satisfechas sus necesidades convierte las demandas en acciones colectivas contra el Gobierno y es ahí cuando emergen nuevos partidos o movimientos sociales y se da el colapso de nucleaciones políticas que no responden a las demandas.

En el caso de Paraguay, la respuesta clientelar tiene su límite porque ya no se puede seguir engrosando el Estado, pues los recursos son escasos y el déficit es elevado. Puso como ejemplo el caso de Paraguayo Cubas, quien si bien está hace más de 20 años en la política, se convirtió en el primer outsider antisistema con un buen caudal de votos, pero sin el talento para organizar un partido.

Insistió en que si en este poder tricéfalo (Partido Colorado, cartismo y Estado) no se puede conjugar una reforma, será muy difícil lograr el grado de inversión.

Finalmente, Yan Speranza, quien fue moderador del debate, manifestó que el tema de seguridad social, protección social y del servicio civil son reformas importantes en donde el presidente debería volcar gran parte de su capital político. Coincidió en la necesidad de que no basta con tener un modelo de gestión bastante más eficiente, si está desconectado de la gente.

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