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Paraguay y su nueva encrucijada

DENDE Admin julio 27, 2024

Asunción, 23 de junio de 2021

URGEN MODIFICAR LEY DEL FUNCIONARIO PÚBLICO Y REFORMAR PENSIONES

Sugieren reprisar pacto como en 2003 para lograr reformas estructurales

Hace 17 años que se discute la necesidad de reformas estructurales en Paraguay sin que hasta ahora exista un verdadero compromiso político, social y empresarial de llevar a cabo los cambios necesarios para que el país se desarrolle. Desde la gran reforma impositiva y de gastos realizada en el 2003, los ingresos tributarios se incrementaron, pero eso no redituó en la mejora del gasto público. En tanto, que la deuda pública tiende a seguir creciendo y puede significar que,  en algún momento,  solo se pagarán intereses y disminuirán las inversiones.

“Paraguay y su nueva encrucijada: ¿aumentar deuda, reducir gastos o subir impuestos?” fue el tema por el cual DENDE convocó a Gloria Ayala Person, doctora en Economía y Administración de Empresas por la Universidad de Sevilla, presidenta de la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC); César Barreto Otazú, economista y magíster en Economía Aplicada por la Universidad Católica de Chile, exministro de Hacienda; y Sebastián Acha, abogado y doctor en Derecho Público con énfasis en Gobernabilidad, ex diputado nacional y director ejecutivo de ProDesarrollo Paraguay, quienes coincidieron en que es momento de que el sector político, económico y social, la iglesia y los medios de comunicación debatan sobre los cambios que se necesitan y se instale una agenda como se hizo en el año 2003, porque de lo contrario la economía volverá a estancarse.

Gloria Ayala Person recordó que un 50% de la economía paraguaya es informal y el 67% de los trabajadores son informales. Agregó que hay mucha más dificultad en visualizar la posibilidad de cambio porque hay mucho descreimiento y una gigantesca crisis de valores éticos, pero insistió en que hay una lista de cosas fundamentales que se deben hacer.

Gloria Ayala Person, Cesar Barreto, Sebastián Acha – 23/6/2021

“Es un momento de aumentar el diálogo, la tolerancia y tener estrategias claras (…) Con un activo compromiso tenemos que hacer lo posible para que triunfe el bien”, destacó, para agregar que esto debe incluir una mejora en la calidad del gasto con una ley de pensiones y la reforma de IPS; el fortalecimiento de la institucionalidad fiscal, con la reforma del sistema de compras públicas, la ley de la Función Pública, entre otros.

Por su parte, César Barreto Otazú manifestó su preocupación porque si bien se esperaba que para finales de este año o principios del próximo puedan obtenerse más recursos de Itaipú, la falta de negociación del Anexo C acabó con las esperanzas. Señaló la necesidad de mantener la disciplina fiscal, hasta que se logre negociar las reformas que hacen falta. “Soluciones mágicas no existen, lo que puede haber es un plan que tenga objetivos claros y se implemente con disciplina y a través del tiempo ir corrigiendo los desequilibrios. Difícilmente se pueda hacer en un periodo corto de tiempo”, expresó.

Entre los cambios, sugirió aprobar la Ley del Funcionario Público, para controlar los aumentos salariales y las contrataciones y a la par aplicar un plan de carrera razonable, y que rija para quienes ingresan a la carrera del servicio civil tras la aprobación de la nueva norma, lo cual permitirá comenzar a cambiar la calidad del gasto público y modificar la estructura dentro de 10 a 15 años.

“Lo que necesitamos es reasignar gran parte de los recursos, porque el Estado en Paraguay es pequeño, pero se utilizan mal los recursos y los resultados son malos, pero nosotros sabemos que necesitamos gastar más en educación. Si queremos avanzar como país en términos de desarrollo, necesitamos invertir más en educación. Eso implica agrandar el Estado en términos de educación. Si estamos gastando 4% del PIB y queremos llevar a 5, 6 o 7 tenes que generar recursos para poder pagar ese gasto en educación y esa es una discusión que hay que tener con mucha responsabilidad”, apuntó.

Aumentar impuestos sin reforma no es razonable

Barreto Otazú también indicó que debe haber mayor inversión en salud, como ya lo demostró la pandemia del Covid-19. “Hay que ser realista en esto: El Estado paraguayo va a ir aumentando los próximos años si queremos brindar servicios públicos de lo que se requiere para que el país se pueda desarrollar. Hay que discutir esto. Lo que no es razonable es que aumentemos los impuestos sin tener un plan de que vamos a reformar la educación, vamos a reformar la salud, porque dar más plata para hacer lo que estamos haciendo no tiene ningún sentido”, resaltó.

Entretanto, Sebastián Acha sostuvo que en el Paraguay no hay un gobierno de derecha y prueba de ello es que desde el 90 hasta hoy aumentaron de 11 a 17 los ministerios, de 9 a 29 las entidades autárquicas y descentralizadas, de 2 a 9 las universidades públicas, y se crean dos municipios por año, a lo que sumó que se tiene la mayor tasa de crecimiento del gasto público real de América Latina de un 6% contra el 2% de la región, por lo cual el problema no es cuánto gastamos sino cómo gastamos.

“Ningún gobierno de derecha hace crecer el Estado de esta manera. Aquí lo que hemos tenido son gobiernos que han utilizado el aparato público para beneficiar a sus pobres. Si los pobres son míos, todos los beneficios; si los pobres son desconocidos, ahí están las instituciones, y si los pobres son ajenos entonces no les des nada, y si son contrarios ya ni te cuento”, afirmó.

Lamentó que no haya valores para medir la calidad del servicio público, un requisito necesario para desarrollar el país a través de la inversión privada nacional y extranjera. Una propuesta de Acha para reducir el gasto público es que el Estado deje de subsidiar el déficit de la Caja Fiscal. Asimismo, indicó que para que la ciudadanía se involucre en la búsqueda de una solución debe dejar de recibir informaciones sesgadas de que todo está mal y que la discusión se debe centrar en la calidad del servicio.

Recordó que hace unos años era impensable que parlamentarios sean desaforados, pero que la presión ciudadana, a través de redes sociales, logró la salida de parlamentarios. “Tenemos que empezar a preocuparnos de las cosas que realmente importan y eso es un llamado a toda la ciudadanía, a la calidad de la opinión que emitimos. No se puede hacer una gran reforma ahora, porque se necesita liderazgo y empatía. Se tiene que hacer un acuerdo con la gente”, aseveró.

El titular de DENDE, Albero Acosta Garbarino, indicó que el mayor activo que tiene Paraguay es su equilibrio macroeconómico, que le permite tener la misma moneda por más de 70 años, inflación y endeudamiento controlados. Rememoró que en 2011 la mala política desbarrancó la economía y convirtió el superávit permanente que se logró en 2003 en déficit fiscal, cuando se aprobó un aumento salvaje de casi el 30% a los salarios de los funcionarios públicos.

Afirmó que se requiere de una reforma del Estado para disminuir los gastos, pero cabe la pregunta de si políticamente es viable que con este gobierno débil puedan pasar leyes que reformen el Estado, como por ejemplo la Ley del Funcionariado Público. ¿Es posible reducir gastos? Parece que no ¿Es posible incrementar ingresos? También pareciera que no. Entonces, ¿qué queda? ¿Seguir con la deuda? Tenemos algún margen todavía, pero estamos yendo como el Titanic hacia una colisión si seguimos en esa tendencia. Esa es la encrucijada que tiene en este momento Paraguay”, apuntó.

Finalmente, Yan Speranza manifestó que existen propuestas de cambio desde hace 17 años, pero siempre se choca con la viabilidad política. Añadió que el escepticismo sigue presente y no están dadas las condiciones por el tema electoral. Mencionó que una salida puede ser plantear desde la dirigencia social y empresarial cómo entender mejor la dinámica de incentivo que genera que alguien pueda actuar de manera distinta y seguir insistiendo para lograr cambios y seguir mejorando.

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